¡Hola, Musa!
Sé lo que es querer Salvar. Pasar de la chispa del Amor, pura y libre, a un patrón de relación donde me vuelco a crear, proveer, y a nutrirlo todo. Un Amor en exceso capaz y generoso, que organiza y planea, provee, construye hogar, planea excursiones, y lo mantiene todo organizado y bajo control.
Un Amor, desde mi poder, que niega el poder de mi PAR-eja.
Y todo esto lo he hecho desde las mejores \»intenciones\», y desde la única forma que sabía Amar. Sin embargo, con un velo sobre mi cara, porque nuestra forma de Amar es Inconsciente, y viene de patrones heredados. He tenido que transformarme, desenmarañar los hilos con paciencia y desenredar los nudos de este telar, para finalmente poder ver.
Encontré en mi forma de Amar, en lo más profundo de mi corazón, un miedo a no ser suficiente. Y ese miedo ha generado temor a ser abandonada, o a que me traicionen.
Y también, en mis procesos de transformación e ir hacia mi interior, he encontrado en mi linaje a ancestras que buscan salvar a sus hombres. Desde su relación lastimada con lo masculino, se han puesto por encima de sus hombres y han tomado el rol de arreglarlo todo, proveerlo todo, organizarlo todo. Desempoderando a los hombres y no viendo al masculino.
He pasado de la felicidad y la entrega total, a un exceso de acciones que buscan encasillar, someter y \»arreglar\» a mi pareja. Me di cuenta de que:
Salvar no es Amar.
- Pregúntate, si tu Amor en el fondo busca condicionar al otro para que nos de el Amor cómo y cuándo lo queremos.
- Pregúntate si en tu acción de dar hay intenciones o expectativas de recibir.
- Pregúntate si en el fondo deseas Salvar a alguien, ayudarlo a conseguir sus metas.
Especialmente las mujeres fuertes, mujeres que son Sanadoras, coaches, terapeutas y que estamos al servicio de la sanación, debemos preguntarnos: desde dónde estamos ejerciendo esa intención, ¿Desde un lugar de Esencia que busca Dar sin ninguna expectativa, o desde el lugar de Salvadora?
Cuando asumimos el rol de Salvadora, en cualquier relación, lo que hacemos es alejar al otro de su propia capacidad de lograr materializar sus propios sueños.
Desempoderamos al otro, nos ponemos por encima, no lo vemos como igual ni como poderoso.
Cuando entendamos que cada uno está en su proceso y cada uno tiene primero a su propio Destino, maestr@ y voz interior.
Cuando podamos soltar el Amor al Universo y verlo como un acto mágico y eterno, que debe fluir como un Río, y nosotras sencillamente debemos disfrutar el agua y su corriente, ponernos un neumático y fluir en las aguas acompañados de nuestro Amad@, en vez de construir un dique en el agua.
Que nos quitemos los velos en el Amor.
Que sanemos dinámicas ancestrales que nos limitan y lastiman en poder escribir nuestras historias de Amor.
Que podamos caminar libres y completas en la impecabilidad de nuestro Amor.
Te invito a iniciar el camino del Amor desde tu Amor Propio, honrando y transformando tu historia y propósito, con mi libro Hablando con Dragones, acá.