Y luego llegamos nosotros. Los humanos. Llevamos menos de 40.000 años en la Tierra y hemos llegado a transformarla más en los últimos 50 años que en toda la historia del planeta. Llegamos a dividir la Tierra en países, poner barreras entre fronteras, cortar ríos, represarlos, hacer diques, desconectar ecosistemas que estaban conectados. Y tomar todos esos recursos que encontramos para consumirlos. La Tierra tiene una medida de supervivencia, que es su propia biocapacidad. Esta es la capacidad de un ecosistema de producir materiales biológicos para proveer comida, combustible, vivienda y otras necesidades. Los humanos estamos consumiendo 1.5 planetas de recursos cada año. Para darles una idea, quiere decir que alrededor de Agosto en cada año, comenzamos a consumir y extinguir los recursos restantes que deberían ser usados el año siguiente. Y este promedio esconde números muy diversos. Si el Planeta Tierra fuera solo Estados Unidos, necesitaríamos 3,9 planetas por año. O si todo el planeta se comportara como Qatar, en Emiratos Árabes Unidos, consumiría 4,8 planetas. ¿Cómo lo podemos solucionar? Mientras que nuestros modos de producción y nuestras tecnologías caminan sin parar, nuestras organizaciones siguen enfrascadas en modelos de liderazgo y emprendimiento que se vuelven cada vez más obsoletos. Detrás de estos grandes contextos, estamos las personas. Y la forma cómo interactuamos y cómo tomamos decisiones. Detrás de las personas, hay unos paradigmas que informan nuestras acciones colectivas. Y estos son los modelos actuales de liderazgo.
Los 4 paradigmas de nuestro modelo actual de liderazgo
1. El primer paradigma, o característica del modelo de liderazgo actual, es la jerarquía. Es el sistema imperante de los últimos 5,500 años. – Su principal objetivo es la autoridad y el poder, para controlar, dirigir y lograr un resultado. – Concentra el poder, y más importante, la información. – Las decisiones se convierten implícitas. – Genera frustración y desesperanza: el 71% de los empleados mayores de 18 se sienten infelices en sus trabajos.2. El segundo paradigma es el competitivo, cuya base en las empresas es el modelo competitivo de Porter. Así nos enseñan a comportarnos. Nos enseñan a negociar así, a competir por puestos. A pensar en nuestros intereses y sobreponerlos por encima de los demás, ganar participación de mercado, “ganarle” al otro cueste lo que cueste.
– Genera una cultura de supervivencia y de individualismo. – Disminuye la confianza y por ende el trabajo en equipo. – Nos vuelve menos eficientes a la larga, en vez de más.
3. El tercer paradigma imperante es el de la especialización de conocimiento y de procesos. Desde el método científico, se ha buscado acceder al conocimiento por medio de la especialización. Sin embargo:
– No puede solucionar problemas complejos y multidimensionales. – Genera pensamiento en silos. Fragmenta el conocimiento. – Genera menos eficiencia, y más procesos. 4. Otra característica de nuestros modelos de liderazgo es que se construyen sobre la base de un pensamiento lineal y unidimensional. En el modelo capitalista que tenemos, este pensamiento trata de maximizar utilidades a costa del planeta. Ganar participación de mercado, vender más. Crecer indefinidamente. – Cuando solo buscas producción y ganancias, generas contaminación e impactos sociales. – No contempla la diversidad, los efectos sistémicos, ni los límites planetarios. Entonces, volvamos a mirar a nuestro planeta.
¿Qué tipo de liderazgo necesitamos realmente?
Necesitamos nuevos modelos de liderazgo, que integren diversas formas de pensar, que sean sistémicos, sostenibles e inclusivos. Que integren, en el fondo, principios masculinos con los femeninos. Y algunos de estos principios son:1. Movernos de un liderazgo jerárquico a un liderazgo participativo, el cual amplía la información y la rendición de cuentas. Al compartir la información, y buscar el orden, la transparencia y la rendición de cuentas, se genera una mayor alineación de los objetivos y mayor empoderamiento por parte de todos los involucrados.
2. Transicionar de un modelo de liderazgo competitivo a uno colaborativo, es mirar mas allá de los intereses individuales, buscar solucionar problemas para la sociedad, y buscar soluciones gana-gana.
3. Pasar del liderazgo especializado a un liderazgo integrativo, complementando la especialización del conocimiento con la integración; solucionar problemas generando colaboración e integración entre disciplinas, instituciones, e integrar a las personas con el planeta.
4. Finalmente, pasar de los modelos lineales y unidimensionales hacia una mirada más sistémica y holística, que vea las complejidades y entienda las leyes de los sistemas y cómo se comportan; y que mire más allá de los intereses cortoplacistas de generar más crecimiento y más utilidades.
Cuando equilibramos otras cualidades del liderazgo, y como mujeres validamos nuestras miradas colaborativas, holísticas y multifacéticas, empoderamos una nueva forma de expresarnos y liderar en el mundo. Nosotras podemos activar el cambio desde nosotras, y contribuir a sanar al planeta.¿Deseas desarrollar un liderazgo equilibrado y auténtico para romper paradigmas y desatar tu impacto? Te invito a obtener mi libro, Hablando con Dragones, acá. En él describo y ofrezco prácticas de sanación y liderazgo que aprendí y desarrollé hace años, y exploré en carne propia, y hoy comparto contigo como mujer; para que te transformes y vivas un liderazgo consciente, auténtico y en propósito.
Un abrazo de Musa, Alejandra Torres.