Mi historia de Transformación Personal

¡Hola, Musa!
Gracias por ser parte de nuestra Comunidad Musas. Tu presencia acá me hace sentir que es muy relevante que hablemos sobre el liderazgo femenino, la transformación, el emprendimiento con propósito, y sobre cómo las mujeres necesitamos despertar y tomar las riendas de nuestras vidas.

Te quiero contar una historia. Sobre la pérdida total de una vida, y una transformación completa. La mía. Sobre mi renacimiento.

Era enero del 2014. Estaba sentada en mi oficina. Todo afuera parecía estar normal. Mi equipo de trabajo de 20 personas que había formado con amor y presencia estaba ahí, trabajando. Me desempeñaba desde lo que me habían enseñado, en mi carrera de administración de empresas y luego en los bancos y empresas que había trabajado. Un rol de eficiencia y de cerebro. De coordinar a muchas personas; reunirme con muchas personas; concretar proyectos. Tenía una tarjeta de negocios que me daba un título y que me daba importancia cuando estaba interactuando con los demás.

Allá afuera, tenía lo que muchos consideraban “la vida perfecta”. Un esposo considerado y presente, dos hijos divinos, el trabajo que soñé tener. Los amigos adecuados, los fines de semana en la finca, viajes. 

Mi familia daba lo que podía y me amaban mucho. Pero yo sentía un vacío que no lo podía llenar ninguna cosa externa y tampoco ninguna persona. Por más de que me amaran y estuvieran ahí para mí, yo sentía que no era suficiente. 

Sentía que algo me faltaba. Ese algo que me daba miedo aceptar, que me daba miedo articular. Ese algo era como un fantasma silencioso, que me nublaba mis días. Ese fantasma de mi insatisfacción me daba susto afrontarlo, porque adentro de mí sentía que estaba siendo caprichosa por el solo hecho de aceptarlo y de verlo en mí…”cómo te vas a quejar cuando lo tienes todo,” me decía a mi misma. Y seguía silenciosamente cargando mi sensación de desasosiego. De que algo no estaba bien.

Pero me di cuenta de que ninguna herramienta, aislada, me serviría. Lo que necesitaba era un espacio y un tiempo para mirarme. Soltar las múltiples cargas que llevaba y darme un espacio para mí y para mi proceso de transformación y conexión con mi propósito. Como un náufrago que está a punto de ahogarse, no era suficiente un neumático. Mi vida me pedía más. Me pedía más integridad conmigo misma y con mi transformación. Me pedía que tomara responsabilidad por mi vida, y por lo que realmente deseaba de ella. 

Y comencé a honrar ese llamado interior. Solté mi cargo, y renuncié en Mayo para entregar mi trabajo en Julio del 2014. Hice un proceso con mi esposo de sanar y revisar nuestra relación, y en ese mismo Julio de manera amorosa y respetuosa nos despedimos como esposos, manteniendo el acuerdo de ser padres presentes y unidos. 

Luego, en agosto del 2014 me hice un chequeo de rutina que me encontró un tumor, evidenciando aún más que tenía que sanar profundamente. Fue un llamado de vida o muerte. Un llamado hacia mí misma para sanar. Y de estar dispuesta a perder. Perdí la estabilidad de una relación de pareja de más de 17 años. Mi cargo importante. Muchas cosas materiales. Y entré a un espacio que duró exactamente 9 meses. En la perfección y belleza de la vida, fui llamada a transformarme y renacer. Fui armando mi propio camino, que consistía en ahondar más en las constelaciones para sanar dinámicas de familia, escribir mucho, hacer yoga, caminar en la naturaleza, cantar. Dejarme llevar por mi voz interior, y aprender a abrir mi corazón y a quitarme la armadura con la cual me había habituado caminar.

Y en ese camino de transformación, poco a poco, fui soltando y transmutando lo que ya no servía. Llegué a conocer mi esencia más profunda. En el silencio y en mi quietud, encontré una fuente inagotable de vida, propósito y de vitalidad. Encontré herramientas ancestrales de conexión conmigo misma y mi esencia femenina. Sané. Respiré. Volví a ser dueña de mi vida y de mi tiempo. Empecé a fluir. Llené mi copa de amor propio. Y a nutrir mis raíces.

Luego de 9 meses, me sentí renaciendo. Sané mi tema de salud complejo. Empecé a expresarme más auténtica. Ya no era la misma de antes. Empecé a desear vivir diferente. Tomé un trabajo, mientras me dediqué a sacar un disco de mis canciones que había compuesto durante mi proceso. Empecé a articular eso que había vivido. 

Y me di cuenta de que quería estar al servicio de mi propósito. De mujeres como tú, que a veces necesitan hacer un paro en su camino, regalarse un espacio y un tiempo para revisar sus vidas, y renacer. 

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Porque:
– Sé lo que anhelas, y también sé de lo que eres capaz.

– Me he podido sanar, transformar y empoderar, y esta es la medicina que te puedo ofrecer. 

– Te podré dar un mapa, una luz y una guía para tu propio camino interior.

– Tengo un kit de herramientas muy valioso para tu viaje, que he aprendido en el camino.

– Te puedo enseñar a que conectes con tu creatividad para que revises lo que más te gusta, en alineación con tu esencia y propósito.

– Entendí lo que es realmente el liderazgo, desde adentro hacia afuera.

– Pude gestar abundancia de nuevas formas, más alineadas con mi propósito.

Por todo esto, sería un placer acompañarte en tu exploración, te comparto el testimonio de Ana Delgado quién cursó el último ciclo de Despertando a tu Musa.


\»Llegué atraída a Musas por su lindo nombre y por su mentora, Alejandra, con quien sentí una conexión y confianza inmediata. Ahora estoy cursando el noveno mes de Despertando a tu Musa. Después de un trabajo profundo, y de acercarme a aspectos de mi vida de los que me voy volviendo cada vez más consciente, recuerdo esta frase: “No puedes viajar por el camino hasta que no te conviertes en el camino en si mismo” (Buda). Y sí, hay varios viajes que inicias, recorres y terminas, son únicos, vienen del corazón y debes encontrarlos tú misma. Las herramientas que tenemos a nuestro alrededor son valiosas y divertidas, por eso hoy quiero agradecer por este espacio, mi espacio, nuestro espacio, y por el aprendizaje recibido.” Ana Delgado

-Creo que las mujeres tenemos la capacidad de transformar nuestros desiertos áridos en jardines abundantes.

– Creo en el poder infinitamente creador y gestador de una mujer y que este poder se multiplica exponencialmente cuando las mujeres se unen al servicio de la creación.

– Creo en la magia y en la belleza que siempre podrás encontrar, solo hay que aprender a mirar.

– Creo que el camino del amor incondicional es, a la larga, un camino de amor hacia nosotras mismas.

– Creo que venimos a esta vida a sanarnos y transformarnos, y luego así a sanar y transformar nuestros territorios.

– Creo que honrar a nuestros ancestros es cuidar a las raíces de nuestro árbol. Practicar el amor y el aprendizaje es cultivar nuestro tronco. Expresarnos plenamente y libremente, al servicio de un propósito superior, es cuidar nuestras ramas, flores y frutos.

– Creo en mi niña interior, la cuido, la protejo, y la saco a jugar.

– Creo en el poder de la expresión creativa, el arte y el juego.

– Creo en el amor, en la alegría y en el gozo y también en los milagros.

¿Resuenas con este mensaje? Te invito a iniciar tu camino de transformación, liderazgo y emprendimiento con propósito con mi libro Hablando con Dragones acá; donde además recibirás acceso a mi MasterClass Manifiesta tus Sueños y a mi Comunidad Exclusiva de mujeres líderes y emprendedoras en procesos de transformación.

Con mucho amor y al servicio de tu proceso. Un abrazo de Musa,

Alejandra Torres.

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