¡Estamos celebrando los primeros 3 años de Musas!

El pasado domingo 8 de Marzo nuestra hermosa Comunidad Musas cumplió 3 años en medio de la celebración del día internacional de la mujer.

Esta fecha es muy especial para mí, de celebración, de plenitud y de sentir que este ha sido el mejor de los caminos. Saber que de la intuición, el propósito y la creatividad nació este sueño, que sí se logró sembrar y cuidar para ir nutriendo la tierra fértil de estos 3 años.

Me hace sentir que vale soñar, que vale crear, que vale amar, que vale gestar empresas desde el propósito. Que vale ser devota y custodiar los sueños más improbables.

¡Gracias a ti por ver y entender este sueño! Por darte este espacio para nutrirte, transformarte, emprender con propósito, equilibrar tu liderazgo y seguir evolucionando para poder servir con mayor impacto en este mundo actual.

Vamos creciendo y seguimos sembrando Musas y ayudando a crear el mundo del mañana, un mundo más equitativo, compasivo, regenerativo y sostenible ¡Con mucho amor!

Te invito a hacer clic en  el siguiente video:

Para conmemorar y celebrar esta fecha tan especial quiero compartirte el primer texto que escribí cuando nació Musas…

En un contexto donde históricamente ha primado lo masculino, las mujeres tenemos un propósito sagrado, un llamado salvaje. Un llamado a sanar y a integrar toda nuestra riqueza  y a conectar y manifestar facetas que hemos negado y sepultado en nuestra eterna  búsqueda de realización a nivel personal, social y profesional.

En algún momento dado, ese camino que aprendemos a recorrer como guerreras en un mundo masculino, se vuelve árido. Y algo pasa interna o externamente – puede ser un llamado interior manifestado a través de intuiciones y sueños, puede ser una crisis de salud o laboral, o puede ser una ruptura de relación o una pérdida importante -, para hacernos saber que hemos agotado una dimensión y manera de ser en este mundo.

Existen mapas para narrar las historias de nuestros héroes. Joseph Campbell las describió y son llamadas: El camino del héroe. Son pasos arquetípicos y comunes a toda la humanidad y a todos nuestros mitos y leyendas, que cuentan un proceso de aprendizajes y retos que  ponen a prueba al guerrero y lo exprimen hasta su última fuerza y recurso, llegan hasta lo más profundo de su ser y de sus flaquezas, casi hasta el punto de no retorno, de muerte o  de rendición.

Y luego de enfrentarlos, nuestro héroe emerge al otro lado redimido y brillante. Todos nuestros héroes míticos y reales a lo largo de nuestra historia viven caminos similares de propósito, sacrificio y pruebas. El camino femenino es esencialmente distinto y ha tenido menos geógrafos para mapear su curso.

Maureen Murdock en su libro The Heroine´s Journey, nos da un mapa y una luz.
Muchas de nosotras hemos sentido estos quiebres que enfrentamos solas y sin mapas ni linterna, lo que es un verdadero túnel. Cuando entramos al túnel, no sabemos si vamos a salir. Y muchas de nosotras nos quedamos en la puerta del túnel mirando con trepidación la oscuridad, pero no nos arriesgamos a seguir entrando. Las que entramos, entramos por un tiempo largo e incierto.

Después de un tiempo que puede ser meses o años, salimos. Indudablemente, salimos transformadas. Conectamos con fuerzas y profundidades que no conocíamos, y caminamos más integradas y con una voz nueva y propia.

El camino masculino se enfrenta a la muerte desde la luz, y la supera. El camino femenino es la muerte y también es la creación. Es un camino necesariamente más oscuro. Más incierto, porque nosotras somos la oscuridad y si no tenemos la valentía de llegar hasta lo más profundo, no ganaremos la capacidad de integrar todos los colores para hacer la luz, transformarnos y crear con más consciencia.

Como la diosa india Khali que es símbolo de la creación y también necesariamente de la destrucción, porque son dos dimensiones inseparables y complementarias como el yin y el yang. Somos sacerdotisas.

Por lo tanto, nuestro camino es esencialmente distinto. Y nuestro camino es tan interior como lo es exterior. Nuestros compases son nuestros sueños, intuiciones, mamarrachos, canciones, tortas, poemas, caricias, plantas, orgasmos. Nos guían cosas físicas, tangibles, sensoriales y también las cosas etéreas e inmateriales.

Este es un recorrido, una transformación y una búsqueda multidimensional. Es un hambre profunda que se sacia con comunidad, acompañamiento, información, historias, mitos, arquetipos, rituales, sueños y arte. Para transformar hay que explorar estas variadas formas de expresión y de manifestación.

Somos creadoras de nuestra realidad, y esta realidad se manifiesta en múltiples niveles físicos, energéticos, espirituales y sutiles. El hermoso camino femenino es  sinuoso, oscuro y subjetivo. Por esto el arte y la inspiración son las brújulas. Y cada mujer u hombre que desee trabajar esta dimensión se compromete consigo mismo, y con su arte.

Arte como medio de expresión más que como una exigencia estética. Luego de haber vivido y sobrevivido este camino, deseo servir de de luz y de Musa a mujeres y a hombres que necesitan entender estos llamados, quieran explorar y potenciar sus dimensiones femeninas, conectar y emprender con propósito, y vivir más conscientemente y más auténticamente sus vidas. Y emprender caminos que integren, empoderen y sanen tanto lo femenino como lo masculino para andar más completos.

Gracias por creer en este sueño y ser parte de esta comunidad. Si este también es tu llamado, te invito a iniciar tu camino de transformación, liderazgo y emprendimiento con propósito, con mi libro Hablando con Dragones, acá.

Recuerda compartir en nuestra Comunidad Exclusiva de mujeres líderes y emprendedoras en procesos de transformación, alrededor del mundo, cómo te sientes y cómo este espacio te ha ayudado a nutrirte y transformar algunos aspectos de tu vida.

Al servicio de tu proceso,
Un abrazo muy fuerte de Musa,
Alejandra Torres
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