¡Te quiero dar una bienvenida muy especial, si eres nueva a nuestra Comunidad! Recibimos en el último mes a más de 130 mujeres a nuestro espacio de Musas. Mujeres con emprendimientos, mujeres con sueños, mujeres con propósito.
Cada una de ustedes tiene una historia, cada una tiene un propósito y un sueño al frente para cumplir y logros para materializar. Cada una ha sido valiente en reconocerse y en entenderse como una creadora de algo, gestora de posibilidades.
La gran oportunidad que tenemos acá, es cómo podemos usar esta comunidad para potenciarnos y nutrirnos. Somos mujeres que estamos rompiendo paradigmas y creencias para crearnos a nosotras mismas y para crear y mejorar nuestra familia, nuestro emprendimiento y proyecto de vida, nuestro barrio, nuestro territorio.
Estamos sembrando las semillas de lo nuevo. ¿Sabes? No estás sola. Cuéntame, ¿Qué necesitas? ¿Cómo desde Musas podemos apoyar tu sueño? Puedes enviarnos un mensaje a @musas.col en instagram, con tus respuestas.
Te cuento una historia acerca de cómo llegué a emprender. Emprendí por algo que llegó a mi vida como una imposición, como una responsabilidad que solo yo podía asumir en ese momento. Siendo la mayor de 4 hermanos, y la única que había estudiado finanzas o había trabajado por fuera, así lo viví.
Emprendí desde la falta de libertad ya que mi llamado a emprender se dio porque mi padre, quien era arquitecto y empresario, fue diagnosticado con una enfermedad neurodegenerativa llamada Huntington. Es una enfermedad que termina minando tu cerebro y dejándote progresivamente sin ninguna facultad.
En ese momento yo vivía en Nueva York y trabajaba en un fondo de inversión. Había un centro para enfermos de Huntington en Nueva York, y llevé a mi padre a que le hicieran los exámenes. Estaba recién casada y de 28 años, con toda la ilusión de comenzar una nueva vida con mi esposo. Ya nos habían aceptado a la Universidad de Berkeley a estudiar una maestría y estábamos preparando nuestro viaje al otro lado de ese enorme país, buscando esa libertad que yo siempre he anhelado.
Estudiar en Berkeley y escalar en el Parque nacional Yosemite, eran dos de mis sueños. Y aunque el diagnóstico de mi padre salió positivo, él aún se encontraba bastante bien de salud. Decidí irme esos dos años a estudiar, y tuvimos la bella sorpresa de que nació nuestra primera hija, Ilana, mientras cursamos la maestría. Me invitaron al final de ella a hacer un Doctorado en Historia. Ahí la sensación de cuidar a mi padre y volver a mi país, se volvió más fuerte. Y regresé, sabiendo que empezaba un trabajo largo de acompañamiento y emprendimiento.
Para mí, emprender se sintió como una imposición, porque no era lo que yo anhelaba construir – yo quería era trabajar en una ONG ambiental como Greenpeace -, y porque debía liderar la empresa pensando en mis hermanos menores, quienes eran 9 y 12 años menores que yo y estaban en la universidad.
Pero me metí, tuvimos a nuestro segundo hijo Esteban. Y yo llevaba a mis bebés a la oficina de mi papá, a ayudar a organizar. Mi forma de ser me ayudó a congraciarme con los empleados, y un día, uno de ellos me confesó que en la empresa estaban pasando cosas muy extrañas. Cada empleado tenía una forma de robar, y todos lo estaban haciendo. Fue un momento muy difícil para mí, porque tuve que sortear una investigación, una revisoría fiscal sorpresa que hice a la empresa para recuperar la información que había, y una negociación laboral con los empleados que llevaban casi 30 años ahí. Logré sortear la crisis, con la bendición de mi padre, quien fue muy generoso en ese momento y me dio luz verde para hacer los cambios que se requerían.
Esto nos dio la oportunidad con mis hermanos, de nombrar a un gerente externo, traer una junta profesional y plasmar un manifiesto que hoy sigue vigente. Nombramos a nuestra nueva empresa Contempo, justamente porque era una empresa de nueva generación, dedicada a la construcción sostenible y a traer la sostenibilidad al sector de la construcción. Hicimos un ejercicio de liderazgo centrado en valores que nos ha funcionado y servido de soporte todos estos años. Incluso, muchos años más tarde y ya bajo el liderazgo de mi hermano, Contempo se convirtió en Empresa B y ha sido nombrada en el top 10% de las Empresas B en el mundo.
¿Y mis valores? ¿Y mi libertad? Los fui encontrando en el camino. Gracias a esta experiencia, al haber creado y creído en el emprendimiento como motor y en el amor de mi familia, logré crear la libertad, emprender desde mis valores ambientalistas y entendí la fuerza que tiene una idea llevada a la acción. Entendí que no debía comprometer mis valores ni mis sueños, y que era mejor contribuirlos a este sueño colectivo.
Deseo que tu emprendimiento te brinde esa libertad que tanto anhelas, y coherencia con tus valores. Es un camino que a veces torna complejo y tortuoso, pero sé que estás ahí, con tu alma y tu esencia guiando tu proyecto. Si deseas que yo te guíe en ese camino, te invito a que seas parte de mi Mastermind Musa Emprende. Puedes profundizar más acá, o si estás lista para dar el primer paso hacia tus sueños, agenda una Sesión de Aplicación y Mentoría Estratégica de 45 minutos conmigo en el botón de abajo, para aplicar a este programa.
Agendar Sesión de Aplicación y Mentoría Estratégica con Alejandra Torres
Un abrazo de Musa Emprendedora,
Alejandra Torres.