Lecciones de un Toro🐮, parte 2

Hola,

Algunas de las lecciones que aprendí con mi maestro, el Toro (lee mi Blog anterior si no lo has visto, acá):

1. La vida es un regalo. Esto suena trillado, pero tomó una situación como la que viví, para entenderlo. Tu vida es tan frágil. En cualquier momento, algo puede pasar que te cambia la vida para siempre, o te la quita. La vida se te vuelve a regalar cada mañana. Actúa como tal. Toma decisiones como tal. Empieza a vivir en el hoy, date el permiso hoy porque no sabes, nunca sabes, si hay un mañana.

2. Al entregar y rendirte, recibes todo de vuelta. En esos momentos de incertidumbre, conecté con una canción de U2 que venía escuchando en esos días, Bad, donde dice Bono: «solo puedes tenerlo todo, si lo regalas todo». Y entendí esta aparente contradicción. Es una ilusión el poseer las cosas, o el dinero, o nuestras casas, o nuestras cuentas bancarias. Todo es un regalo del Universo y solo cuando lo entregas, te rindes a eso y dejas ir todas esas aparentes cosas fijas e inmutables, es que la Vida te regala todo en abundancia, en un fluir eterno. Sé parte del rio que se mueve y se transforma en cada instante, y solo como río, como fractal cambiante, desde tu entrega y generosidad, el rendirte es la acción que te abre a recibir la mayor abundancia de la Vida, como un regalo. Porque todo es un regalo. Y esto hace la vida mucho más divertida, apasionante y mágica.

3. La sabiduría está en tu cuerpo. Esto también es contraintuitivo, porque nos enseñan a priorizar la mente, y entender la intuición en el cerebro y en el corazón. Y nos enseñan que la parte más instintiva y primal, es más bien «reptiliana», menos evolucionada, menos sabia y «consciente». Yo, al contrario, me sorprendí al encontrar que fue mi cuerpo y sus instintos más básicos, los que me salvaron. Que, en mi tripa, en mi instinto más básico de supervivencia, había una sabiduría impresionante y un flujo de energía que sabía cómo moverse, cómo moverme y ponerme en lugares seguros y estratégicos. Y no es tan binario. Huye, o pelea, congélate o amiga al enemigo. No lo sentí tan así en mi experiencia. Sentí que en mi instinto más básico también estaban mi Unidad, mi espiritualidad y mi consciencia más elevada. Todo es Unidad, no hay separación.

4. ¿Cómo empoderarte? Conscientemente trayendo tu poder de todos los lugares y todos los tiempos e invocando tu poder, en tu corazón, a tu plexo solar, a tu útero, a todos tus centros de poder. Reconociéndote completa. Soberana de tu energía, dejando de sostener a otros y ser todo para los demás. Tu vida es tuya, y puedes y debes renunciar a las expectativas de las demás personas en tu vida, e incluso a las expectativas de tu propio Ego. Invoca tu poder ¡como lo hacen los superhéroes!