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¿Qué tanto resuenas con tu Abundancia?

¡Hola, Musas! La Abundancia es algo intrínsecamente Femenino. Como mujeres Sagradas, somos gestoras de vida, creadoras. Y así como la naturaleza es abundante, así también nosotras lo somos.   Fértiles. Mojadas. Verdes. La salvia de los bosques tropicales corre por nuestras venas. Somos mujeres Latinas. Jugosas. Bio. Diversas. Fluidas como el agua. Flexibles como el bambú. Sembramos nuestras semillas, en tierra mojada y rica. Gestamos diversas formas de vida. Creamos nuestros territorios, emprendimientos y jardines.       Te invito a hacer una corta meditación, para ver qué tanto resuenas con tu propia abundancia. Cierra los ojos, respira hondo. Baja tu atención lentamente de tu cabeza hacia tus pies. Escanea tu cuerpo, siente que una energía azul turquesa te recorre todo tu cuerpo. Lentamente baja esta energía, recorriendo todo tu cuerpo desde arriba hacia abajo.     Ahora, mira con el ojo de tu mente, a tus pies. ¿Sobre qué están parados? Permite que te lleguen las imágenes que lleguen. Si no te llegan imágenes, trata de sentirlo. Lo que te llegue, está bien.   ¿Estás parada en un suelo árido? ¿Caliente? ¿O en pavimento, en un camino?   ¿Hay plantas, vegetación? ¿O sientes tu suelo mojado y fértil?   La primera vez que hice esta meditación, hace unos años, me vi y me sentí en un desierto árido. Mis pies tocaban arena. Y así me sentía. Estaba cansada, agotada de hacerlo todo, de ser madre, esposa, colega de trabajo…tenía tantas obligaciones, que cuando me detuve a mirar mi interior, me vi en un desierto. Esto no es malo, el hecho de sentirte árida o desconectada de tu estado interior de abundancia se puede convertir en el comienzo de tu camino de búsqueda y de exploración para tu transformación. Entonces es algo bueno reconocerlo, y comenzar a nutrirte.       Así como los jardines toma tiempo sembrarlos, abonar la tierra, y ver sus frutos, es la relación con tu propia Abundancia. Toma tiempo, compromiso y paciencia sembrar jardines.       A mí me ha tomado varios años reconectar con mi sensación interior de abundancia, y de nutrir mi propio jardín. Tuve que recorrer muchos caminos de transformación, aprendizaje, de liberación de lo que me ataba. Y luego, lentamente descansar, reponerme y conectarme con mis ciclos vitales para empezar a nutrir mi suelo, mi territorio, mi verdad auténtica. Mi honestidad sobre quién soy Yo verdaderamente, y quitarme las máscaras.     Y poco a poco, comenzó a brotar ese jardín. Hoy mi jardín es tan abundante, que mi trabajo consiste en, cuando es necesario, cortar la maleza y discernir entre lo esencial; lo que es realmente mío y lo importante para seguir creciendo. Pero entiende, mereces sentirte abundante. Cuando te sientes fértil, jugosa y abundante adentro: Sientes que vives una vida abundante en dinero, oportunidades, libertad y tranquilidad económica, y que cuentas además con el tiempo suficiente para poder disfrutar de tu vida. Has logrado conectar con tu capacidad de gestar oportunidades y de recibir abundancia. Has sanado tu relación con tu madre y con tu linaje femenino. Has entendido la profunda relación que existe entre tu estado de abundancia y tu grado de aceptación de lo femenino en ti. Has logrado reinventar tus fuentes de ingresos, y gestar un proyecto o emprendimiento de vida  que es coherente con tus dones, talentos y propósito de vida. Recibes suficiente, y sientes que cada vez puedes generar más abundancia desde tu proyecto de vida y emprendimientos, Vives tu proceso de gestar y recibir abundancia como resultado de un camino de amor propio que te va llevando a entender y sanar tus creencias limitantes acerca del dinero y la abundancia, y sanar tu capacidad de merecer abundancia. Haces prácticas concretas que te ayudan a decretar, visualizar y abrirte para recibir abundancia en tu vida. Entiendes la abundancia como el resultado final de haber hecho un proceso de transformación interior coherente y constante, de eliminar y sanar viejas creencias, de observar lo que estás atrayendo a tu vida, de decretar lo que deseas, y de aprender a vibrar en una nueva energía que abre tu vida a recibir, a disfrutar lo que tienes, y a cultivar un sentido de Agradecimiento constante y profundo por tu vida. Te invito a una vida mojada y fértil. Te invito a que vibres en tu Abundancia y crees más abundancia en tu vida con mi Workshop: Re-Genera tu Impacto y Abundancia acá.  Te deseo una vida Abundante.  Un abrazo de Musa, Alejandra Torres.

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¿Qué liderazgo necesitamos para sanar nuestro planeta?

Imagínense. Estamos en un planeta hecho de roca y lava, flotando y viajando a 250 kilómetros por segundo, girando alrededor de un Sol, a la distancia perfecta. Hace 4.000 millones de años comenzaron procesos biológicos y químicos que redundaron en el Planeta azul que hoy llamamos Tierra. Nuestro hogar.    Nuestra Tierra es un solo sistema, tiene atmósfera, agua, suelos que fueron labrados durante miles de millones de años, y Vida. Bosques, minerales, petróleo. La Tierra nació como un solo organismo, con movimientos complejos y entrelazados, corrientes marinas, vientos, ciclos climáticos, intercambio de nutrientes que llevan los océanos. Todos son procesos globales, indivisibles. Complejos y sistémicos.   Nuestra Tierra tiene una diversidad de vida incalculable; de hecho, se estima que existen 8,7 millones de especies, y que hasta la fecha solo hemos catalogado el 14% de las especies terrestres y el 9% de las especies marinas. ¿No es increíble? Hemos podido vivir, conocer, domesticar y trabajar con tan solo una fracción de todo lo que existe. No sabemos lo que tenemos. Y luego llegamos nosotros. Los humanos. Llevamos menos de 40.000 años en la Tierra y hemos llegado a transformarla más en los últimos 50 años que en toda la historia del planeta. Llegamos a dividir la Tierra en países, poner barreras entre fronteras, cortar ríos, represarlos, hacer diques, desconectar ecosistemas que estaban conectados. Y tomar todos esos recursos que encontramos para consumirlos. La Tierra tiene una medida de supervivencia, que es su propia biocapacidad. Esta es la capacidad de un ecosistema de producir materiales biológicos para proveer comida, combustible, vivienda y otras necesidades. Los humanos estamos consumiendo 1.5 planetas de recursos cada año. Para darles una idea, quiere decir que alrededor de Agosto en cada año, comenzamos a consumir y extinguir los recursos restantes que deberían ser usados el año siguiente. Y este promedio esconde números muy diversos. Si el Planeta Tierra fuera solo Estados Unidos, necesitaríamos 3,9 planetas por año. O si todo el planeta se comportara como Qatar, en Emiratos Árabes Unidos, consumiría 4,8 planetas.    ¿Cómo lo podemos solucionar? Mientras que nuestros modos de producción y nuestras tecnologías caminan sin parar, nuestras organizaciones siguen enfrascadas en modelos de liderazgo y emprendimiento que se vuelven cada vez más obsoletos. Detrás de estos grandes contextos, estamos las personas. Y la forma cómo interactuamos y cómo tomamos decisiones.   Detrás de las personas, hay unos paradigmas que informan nuestras acciones colectivas. Y estos son los modelos actuales de liderazgo.   Los 4 paradigmas de nuestro modelo actual de liderazgo 1. El primer paradigma, o característica del modelo de liderazgo actual, es la jerarquía. Es el sistema imperante de los últimos 5,500 años.   – Su principal objetivo es la autoridad y el poder, para controlar, dirigir y lograr un resultado. – Concentra el poder, y más importante, la información. – Las decisiones se convierten implícitas. – Genera frustración y desesperanza: el 71% de los empleados mayores de 18 se sienten infelices en sus   trabajos.   2. El segundo paradigma es el competitivo, cuya base en las empresas es el modelo competitivo de Porter. Así nos enseñan a comportarnos. Nos enseñan a negociar así, a competir por puestos.  A pensar en nuestros intereses y sobreponerlos por encima de los demás, ganar participación de mercado, “ganarle” al otro cueste lo que cueste.   – Genera una cultura de supervivencia y de individualismo. – Disminuye la confianza y por ende el trabajo en equipo. – Nos vuelve menos eficientes a la larga, en vez de más.   3. El tercer paradigma imperante es el de la especialización de conocimiento y de procesos. Desde el método científico, se ha buscado acceder al conocimiento por medio de la especialización. Sin embargo:   – No puede solucionar problemas complejos y multidimensionales. – Genera pensamiento en silos. Fragmenta el conocimiento. – Genera menos eficiencia, y más procesos.   4. Otra característica de nuestros modelos de liderazgo es que se construyen sobre la base de un pensamiento lineal y unidimensional. En el modelo capitalista que tenemos, este pensamiento trata de maximizar utilidades a costa del planeta. Ganar participación de mercado, vender más. Crecer indefinidamente.   – Cuando solo buscas producción y ganancias, generas contaminación e impactos sociales. – No contempla la diversidad, los efectos sistémicos, ni los límites planetarios.   Entonces, volvamos a mirar a nuestro planeta.   ¿Qué tipo de liderazgo necesitamos realmente?   Necesitamos nuevos modelos de liderazgo, que integren diversas formas de pensar, que sean sistémicos, sostenibles e inclusivos. Que integren, en el fondo, principios masculinos con los femeninos.   Y algunos de estos principios son:   1. Movernos de un liderazgo jerárquico a un liderazgo participativo, el cual amplía la información y la rendición de cuentas. Al compartir la información, y buscar el orden, la transparencia y la rendición de cuentas, se genera una mayor alineación de los objetivos y mayor empoderamiento por parte de todos los involucrados. 2. Transicionar de un modelo de liderazgo competitivo a uno colaborativo, es mirar mas allá de los intereses individuales, buscar solucionar problemas para la sociedad, y buscar soluciones gana-gana. 3. Pasar del liderazgo especializado a un liderazgo integrativo, complementando la especialización del conocimiento con la integración; solucionar problemas generando colaboración e integración entre disciplinas, instituciones, e integrar a las personas con el planeta. 4. Finalmente, pasar de los modelos lineales y unidimensionales hacia una mirada más sistémica y holística, que vea las complejidades y entienda las leyes de los sistemas y cómo se comportan; y que mire más allá de los intereses cortoplacistas de generar más crecimiento y más utilidades. Cuando equilibramos otras cualidades del liderazgo, y como mujeres validamos nuestras miradas colaborativas, holísticas y multifacéticas, empoderamos una nueva forma de expresarnos y liderar en el mundo. Nosotras podemos activar el cambio desde nosotras, y contribuir a sanar al planeta. ¿Deseas desarrollar un liderazgo equilibrado y auténtico para romper paradigmas y desatar tu impacto? Te invito a obtener mi libro, Hablando con Dragones, acá. En él describo y ofrezco prácticas de sanación y liderazgo que aprendí y desarrollé hace

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