Vitales y Cíclicas

Pamela Cruz, nuestra mentora del Aspecto de Vida: Vitales y Cíclicas

Hola Musas! En este segundo Aspecto de Vida, Vitales y Cíclicas, nos acompaña nuestra mentora Pamela Cruz con toda su sabiduría y conocimiento. Durante este mes vamos a conectarnos con nuestro cuerpo y nuestros ciclos, y así poder honrar y valorar los múltiples roles y momentos como mujeres. Aceptarnos, cuidarnos y amarnos en cada momento y fase de la vida para explorar nuestro cuerpo femenino y nutrir la energía femenina. Pamela es mujer, madre y Terapeuta Integral. Se especializó en la Salud y el Bienestar de la Mujer desde el año 2007. Es también Diseñadora Gráfica y felizmente Creadora de Raíz Sabiduría de Mujer.Llevó a cabo su labor a través de diferentes técnicas holísticas y ancestrales, ayudando a las mujeres en su Sanación y Re-conexión interior con su cuerpo, emociones, virtudes y dones, abriendo así los caminos hacia el Autoconocimiento y el Amor propio.  Raíz Sabiduría de Mujer ha sido creado con el fin de crear salud y bienestar a todas las mujeres, para así entregar herramientas, con el fin de abordar aspectos profundos y esenciales, donde tenemos la finalidad de crear cultura en nuestra vida, entendiendo que esta se conforma de una nutrición completa donde todas nos podamos informar y nutrir: La Mente, El Cuerpo, El Espíritu y La Emoción, que van completamente ligados, es un espacio creado para mirarte, sentirte, navegar hacia tu interior y despertar hacia tu naturaleza, tu propio arte, tu danza, y tu canto; para sanar, para transformarte, y desde ahí, expandirte hacia el mundo con tu propósito presente, con tu espíritu vivo, con tu corazón expandido, tu útero latente, tu mirada sincera y propósito presente. “Hoy en día estamos generando todas nuestras actividades como una ACADEMIA VIRTUAL, donde nos ampliamos internacionalmente y donde estamos inmensamente dichosas de llegar a todos las direcciones de esta hermosa Madre Tierra”. Pamela utiliza distintas herramientas y conocimientos en las cuales navega a través de sabias e introspectivas experiencias que nos invitan a adentrar en un trabajo profundo en el cual indagamos sobre conocimientos cruciales para la mujer, como salud menstrual, ciclicidad femenina, sexualidad sagrada, ciclos emocionales y la conexión con nuestra propia naturaleza orgánica e interna. Algunas de las herramientas que utiliza son, Coaching femenino, Sanación de Útero, Educación Menstrual Sana, Sexualidad Taoísta, Huevos Yonis, Sexualidad Sagrada, Canto Sagrado, Sonoterapia, Terapia floral, Plantas Medicinales, Danza Alquímica, Gemoterapia, Danzas de Paz y diferentes medicinas intuitivas que nos ayudan a canalizar la experiencia de manera amorosa para hacer un trabajo real y consciente.Todo lo hace en un contexto circular y respetuoso, cuidando del espacio íntimo de cada una, para abrir y cerrar procesos de forma responsable. Te invitamos a explorar este Aspecto de Vida y nos compartas tus sentires, emociones y pensamientos de cómo te conectas con tu vitalidad y ciclicidad como una mujer en constante renacimiento, sanación y evolución, independientemente de tu edad.   ¡Acá estamos para leerte y escucharte!   P.D: No olvides que por solo US$ 4,99 puedes adquirir acá mi Paquete de Poder, Impacto y Propósito, donde podrás descargar mi libro Hablando con Dragones, y tendrás acceso a mi MasterClass Manifiesta tus Sueños y a mi Comunidad Exclusiva de mujeres líderes y emprendedoras en procesos de transformación. Un Paquete especial de mucho poder para que desates tu poder y des el primer paso en tu camino de transformación, liderazgo y emprendimiento con propósito.   Un abrazo de Musa,Alejandra Torres.

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Vitales y Cíclicas: Renovándonos a través de la Muerte

Érase una vez, que yo tuve una hermanita, y ella se llamaba Andrea. De niñas, jugábamos en el apartamento que compartimos con mi mamá. Nos despertábamos un domingo – ese era mi día favorito porque nos dedicábamos a transformar la sala de nuestro apartamento en lugares inventados, con apartamentos diseñados por las dos para nuestras Barbies, y carros hechos de cojines. Yo a veces era el \»conductor\» de ella y la llevaba a todas partes, en nuestro carro de cojines. A veces sacábamos toda la ropa y joyas de nuestra madre, sus tacones y abrigos, y nos vestíamos de grandes. Tenemos una foto así las dos, tomada por mi mamá, posando, en nuestros lugares inventados, con nuestros personajes inventados. Pasábamos horas y días creando y actuando esos personajes que nos soñábamos. Nunca nos aburrimos, siempre estábamos creando y jugando. Mi hermana se reía siempre. Sus chistes eran famosos entre los amigos de mi mamá, que le decían a Andrea “haz tus payasadas”, donde siempre salía con algo chistoso. Ella siempre estaba riéndose de la vida, jugando y burlándose de ella misma y de los demás. Su luz irradiaba la vida. Cuando fuimos adolescentes, muchos niños venían a visitarla. Tuvo varios novios que la quisieron mucho, por su forma de ser, su alegría, y su belleza. De niña la envidiaba secretamente, porque yo era mucho más tímida y retraída. Anhelaba poder expresar esa luz y espontaneidad que ella tenía. Podía expresar el amor y la vida de una forma tan fluida y sin esfuerzo, que fue una verdadera maestra para muchos que tratamos y nos esforzamos por estar en ese estado presente, entregado, alegre y amoroso. Mientras fuimos creciendo, ella estudió Arquitectura, una carrera difícil y exigente. Yo me fui a estudiar por fuera en una universidad también muy exigente. Aunque nos alejamos un tiempo, siempre volvíamos a compartir. Quedamos siempre unidas, éramos “uña y mugre”, lo que una hacía afectaba inevitablemente a la otra. Más adelante, coincidimos en una ciudad increíble que fue San Francisco. Ambas casadas, felices, vivimos allá cada una estudiando en una universidad distinta. Fueron años de muchos recuerdos felices. Y luego, nuestros hijos crecieron cerca, jugando y sintiéndose muy primos. Después, volvimos a Bogotá. Volvimos con el deseo y la responsabilidad de apoyar a nuestra familia y su empresa, y nuestros dos hermanitos menores del segundo matrimonio de nuestro padre. Nuestro padre enfermaba de una enfermedad degenerativa llamada Huntington. Es una enfermedad genética, de gen dominante, que se puede pasar de generación en generación. Y mi hermana, siendo muy joven, contrajo esta enfermedad. Poco a poco fue luchando contra esta irremediabilidad de la Vida. Poco a poco tuvo que ver cómo se deterioraba mental y físicamente. Y poco a poco también yo viví ese dolor que trae una enfermedad que no puede ser reversada ni curada. Y verla en alguien a quien amo tanto. En mi hermanita. Luego de varios años de lucha y de retroceso, su alma decidió descansar. Y ella voló, el 30 de noviembre. Tuve la oportunidad de acompañarla el ultimo día de su vida. No sabía que iba a ser la última vez que la vería. Le dije que la quería mucho, ella me dijo lo mismo. Vimos una película de comedia en televisión, donde nos reímos como niñas chiquitas. Recordamos momentos de nuestra niñez. Estuvimos juntas desde el primer hasta el último día de su vida. Y mi corazón se siente como si hubiera sido abierto para siempre. Por esta gran Maestra de vida, quien me enseñó a reír, a fluir, y a amar. Y quien me enseñó que la alegría realmente es un don de un alma limpia y avanzada. Que el amor y el perdón son la mayor expresión de un alma. Gracias, hermanita Andrea. Por enseñarme tanto. Y no es coincidencia que mi proyecto de vida sea Musas, un espacio para generar hermandad entre mujeres. Para sanar esa relación entre nosotras, para transfórmanos y aprender lo mejor de la fuerza femenina desde la hermandad. Andrea, seguirás enseñándome siempre lo que es ser una buena hermana. Y he tenido que aprender lecciones difíciles, confrontadoras, para poder aprender lo que tú siempre me mostraste: hermandad, lealtad, amor, nobleza, perdón, aceptación, gratitud. Y Goce y Alegría. Musas se seguirá inspirando con tu Esencia, y como movimiento de mujeres, con aún mayor devoción, a ayudar a sanar, transformar y empoderar esa fuerza femenina que hoy surge. El Femenino llega para transformar el mundo y para mostrar con su ejemplo, las nuevas estructuras regenerativas, y emprendimientos y liderazgos  con propósito, que se necesitan para nuestra supervivencia. La Muerte en ese sentido, y estar cerca a ella, enseña a conectar con la Vida, y su Vitalidad. Y renovamos energía cíclicamente, desde el Invierno de nuestras almas volvemos a renacer con la Primavera. Porque deseo contribuir a la sanación de mujeres compartiendo, dejándonos ver, surgiendo y emprendiendo juntas, escribí mi libro Hablando con Dragones. Te invito a leerlo aquí y ser parte de este movimiento. Un abrazo de Musa, Alejandra Torres.  

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Cultiva y Conecta con tu energía femenina, porque las mujeres somos cíclicas

Explora, cuida y ama tu cuerpo. Pregúntate, ¿cómo sientes tu energía?  Hoy quiero invitarte a conectar con tus propios ciclos, alinearte con ellos y cultivar tu energía femenina para ser cada vez más vital y tener una energía más plena y vibrante. Las mujeres somos cíclicas, tenemos la capacidad poderosa de renovar constantemente nuestro cuerpo y nuestro entorno, ¡Disfrútalo! Esta Frecuencia resuena con los siguientes elementos arquetípicos: ♦ Color: Amarillo.  ♦ Elemento: Tierra.   ♦ Parte del cuerpo: Útero.  ♦ Símbolos: Luna, Mareas, Frutos rojos, Rosas, Cuevas, Sangre, Diosas.  ♦ Animales Totémicos: Lechuza, Lobo y Caballo.   ♦Canción: Ríos Como Van. Escúchala aquí: Recuerda que este proceso dependerá mucho de qué tanto resuenas con este aspecto, toma lo que realmente te sirva para hacer tu propio camino y cultivar tu vitalidad y ciclicidad. Te comparto algunas prácticas para cultivar la ciclicidad en tu vida: ♦ Conéctate con la Madre Tierra, abraza un árbol, sal a caminar en la naturaleza, y escucha lo que te dice. ♦ Mírate al espejo todos los días y di, Te amo. Completa y absolutamente. ♦ Meditación de arraigo. Cuando medites, visiona que pones los pies firmemente sobre la tierra, y siente cómo te salen raíces. ♦ Haz un baño y conéctate con la energía del agua, deja que te limpie y te recargue tu energía. ♦ Saca tiempo para el descanso, la hidratación, el sueño y la meditación, para nutrir tu energía especialmente en la semana de tu menstruación. ♦ Abrázate como la mujer hermosa que eres. Hazte un masaje de conexión y celebración de tu cuerpo. ♦ Permítete ser cíclica, siente tu cuerpo todos los días y lo que te está diciendo. Es importante entender y conectarte con los ciclos lunares y las energías arquetípicas de nosotras las mujeres en las cuatro fases lunares (doncella, madre, sacerdotisa, anciana).  La Virgen, o Doncella, y la luna creciente representan la fase entre el final del sangrado hasta el comienzo de la ovulación: las energías correspondientes son generativas, dinámicas, inspiradoras, brillantes. La luna llena, representa las energías del periodo de ovulación, y son las de la Madre… acá dice Miranda Gray que \»la creatividad interna de la madre surge para crear una nueva vida…\» son energías más nutridoras, amorosas y enfocadas en nuestras relaciones.  La fase menguante refleja la reducción de la energía física desde la ovulación hasta la menstruación… y se asocia con \»un aumento en la sexualidad, la creatividad, la magia, las energías destructivas internas y la conciencia\», según Miranda Gray. Esta fase se asocia con el arquetipo de la Hechicera, o Sacerdotisa. Finalmente, la luna nueva es el arquetipo de la Bruja o Anciana, donde se encarna a la mujer que se retira del mundo, para entrar en introspección y en su energía interior espiritual. Aquí se gestan nuevas ideas y lo nuevo. Se cierra el ciclo para poder comenzar uno nuevo. Regálate un tiempo para ti y para entender que tu energía es cíclica. Si te conectas y nutres estas energías, vas a estar renovándote constantemente. Abracemos nuestra complejidad y diversidad al saber que No somos una mujer, somos cuatro. Te invito a conectar y equilibrar cada vez más tu energía femenina con mi libro, Hablando con Dragones, acá; donde te enseño a revisar y equilibrar tus energías arquetípicamente femeninas y masculinas. El equilibrio de ambas energías es esencial para manifestar tu vida como un jardín abundante, vital, creativo, gozoso y auténtico. Un fuerte abrazo de Musa, Alejandra Torres. 

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Cómo acompañar a alguien enfermo y mantener nuestra Vitalidad

En mi vida he tenido que acompañar temas delicados de salud. Temas abrumadores y asustadores. Y hoy en día, cuando hay tantos temas delicados y enfermedades tan complejas, es que me siento llamada a compartir con ustedes algunas herramientas que he desarrollado para acompañar a alguien que está en estado de enfermedad. Más allá de estar en un estado de \»no enfermo\», que es no tener síntomas visibles, lo que este Aspecto apoya es un verdadero estado de energía y vitalidad. ¿Y qué pasa cuando alguien cercano a nosotras está enferm@ y requiere de nuestra energía y atención? Primero, puede ser un tema doloroso estar al lado de alguien tan cercano, y verlo sufrir su condición. Nuestro dolor puede llegar a ser muy profundo. Y justamente, en esos momentos, puede ser muy difícil expresar lo que sentimos porque queremos ser fuertes para esa persona tan especial para nosotras. Y entonces terminamos, sin querer, minando nuestra vitalidad y bienestar por estar al lado de esa persona y cuidarla. Otra conducta muy frecuente es cuando nos entregamos tanto a nuestro rol de cuidadora que nos olvidamos de cuidarnos a  nosotras mismas. No hacemos ejercicio, podemos no dormir tan bien y podemos priorizar tanto las necesidades de la persona que amamos, que nos olvidamos de las nuestras. Y finalmente, estar en una situación así genera tensión en el cuerpo. Nos pueden doler las articulaciones y los músculos porque estamos de alguna manera \»cargando\» emocionalmente a la otra persona. A nivel subconsciente, es como si su salud y bienestar dependiera de nosotras, porque a cierto nivel así lo asumimos. En esos momentos es cuando más importa cuidar y recargar nuestras energías. Yo estoy en aprendizaje de este tema y no lo tengo \»chuleado\», pero si hago algunas cosas que me ayudan a cultivar, mas que un estado de \»no estar enferma\», un espacio de vitalidad y bienestar. 1. Me rindo ante la situación. La palabra surrender en inglés siempre me ha encantado porque habla de rendirse, pero desde la fuerza y no desde la debilidad e impotencia. El verdadero rendirse es entender que hay un destino superior al nuestro operando, y lo que para nosotras puede parecer tan equivocado, injusto y caótico, es en realidad el designio de un plan maestro que viene a darnos lecciones para transformarnos y evolucionar espiritualmente. Ahora, ¿cómo rendirse genera vitalidad y fuerza? Porque suelto el control de las cosas. Porque acepto Lo Que Es. Y no pretendo que sea de una manera distinta. Esto no es fácil, créeme, lo sé. Sé lo que es ver a un ser que amo hasta las tripas, deteriorarse y quedar irreconocible física y mentalmente. Y también sé lo fútil que es desde mi mente controladora, tratar de que sea distinta esa situación y persona, y querer que sea como era antes. Esta persona que está viviendo su transformación tan intensamente, para sanar debe poder aceptar su destino y al hacerlo, se convierte en agente de su propia sanación y, de paso, en tu Maestro: del amor incondicional. Entiende que las cosas son lo que son y no luches contra ellas, no trates de controlar el flujo de la muerte y de la vida. Cuando dejamos de tratar de controlar y de chocar desde nuestro Ego, liberamos mucha energía. La cual podemos, en vez de usarla para minar nuestra energía, volverla un caudal de energía y creatividad que podemos ofrecer amorosamente a la otra persona y a encontrar soluciones para su salud. 2. Lo más importante es nuestra Presencia. En una situación compleja, tan llena de diagnósticos, miedos desatados en parte por esos diagnósticos, tanta literatura que encontramos en Internet…resulta que la persona que está en un estado de salud difícil, puede ser absolutamente abrumador. Para no rendirte de impotencia, entiende que tú no tienes que tener las soluciones. La persona que está al frente tuyo tiene todos los recursos. Por difícil que es decir lo que voy a decir, el Alma de esa persona ya se ha programado para vivir esta experiencia de vida. Puedo que podamos ayudar, ser proactivos, generar ideas, hacer grupos de chat…la lista de cosas que podemos Hacer es eterna. Y es importante. Sin embargo, lo más importante es poder estar presentes. A veces estar presentes es sencillamente regalarle un espacio donde podemos estar en receptividad y escucha. A veces la Presencia es poner una canción que le guste a la otra persona. A veces nuestra Presencia es estar en silencio. Dejemos las distracciones, los celulares, los miedos, los juicios a la persona y a este u otro médico. Cada instante es precioso al lado de esta persona. La vida te está enseñando a estar plenamente presente en la intensidad de esta experiencia. Y aprender a escuchar y ver la belleza y magia que también hay en las experiencias de enfermedad y muerte. 3. Abrazar a los 4 arquetipos y en especial al de la Anciana/Bruja/Muerte En este Aspecto hemos hablado de los 4 Arquetipos de Doncella, Madre, Sacerdotisa y Anciana o Bruja. Uno de los ciclos muy importantes, si no el más, es el Arquetipo de la Anciana. Poco se habla de ella porque nos han enseñado a desdeñar, temer y/o a minimizar su poder. Todas queremos ser doncellas y madres, pero pocas deseamos convertirnos en Ancianas o Brujas. La Anciana representa, además de la sabiduría, la energía de la Muerte y es como la bisagra en el ciclo eterno de la Vida/Muerte/Vida. En la cultura India, la diosa Ma Kali es la Diosa de la Muerte y Destrucción, porque ella también es el portal que luego genera renacimiento de la Vida. Es justamente la energía de la Muerte que es la creadora de Vida. Al ahondar en la realidad de la muerte, es cuando podemos generar nueva vida. No se puede vivir plenamente una dimensión sin la otra. La Energía del cuarto Arquetipo es la energía que todo lo recibe, todo lo transmuta y composta, y que luego vuelve a generar un nuevo ciclo de Creación y Creatividad. Es necesario inclinarnos hacia la Vida, y también es

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Reconexión con mi cuerpo

Muchas veces me desconecto de mi cuerpo y de mi energía. En el día a día, en mis interacciones con los demás, en los retos que afronto. Me pierdo en la interacción, me fusiono con el otro y permito que desde mi apego y mi necesidad me aferre a algo externo. Me doy cuenta de que hay pequeñas y grandes adicciones…a revisar mis redes, a contestar el WhatsApp, a estar siempre presente para los demás. Cuando era más joven, mis adicciones eran el ejercicio y la comida. La pregunta que más me ayuda en esos momentos de desconexión y por lo tanto de pérdida de mi propia fuerza vital, es …¿qué hay detrás? ¿Qué hay detrás de mi necesidad de (mirar mi teléfono) compulsivamente? (Y acá puedes sustituir la palabra \»mirar mi teléfono\» por comer, hacer ejercicio, tener relaciones sexuales, coquetear, hacerme tratamientos, tomar alguna sustancia, tomar un curso, escaparme). Cualquier compulsión, por pequeña que sea, es un mensaje para ti. ¿Qué hay detrás de la compulsión? ¿El deseo de ser aceptada, amada por los demás? ¿El deseo de sentirte en paz, suficiente, con un mayor nivel de fuerza? ¿Para qué necesitas ser \»fuerte,\» \»suficiente,\» o \»perfecta\»? ¿Quién o qué te dice que debes cambiar para poder ser amada y exitosa? Muchas veces el peor crítico, la voz más inclemente, es la que tenemos por dentro. A esa voz debilitante la llaman los sicólogos el Ogro interior, o el crítico interior. Todos tenemos un crítico por dentro, en algunos ese suena más duro y nos limita más que a otros. Y ese se va construyendo a lo largo de los años entre nuestros padres, nuestros compañeros de colegio y la sociedad con sus normas y prejuicios. Después de un tiempo, se normaliza tanto esa voz en nosotras que nos cuesta trabajo entender la diferencia entre esa voz y las otras voces de nuestra cabeza…porque todas tenemos varias partes adentro de  nosotras que hablan e interactúan entre ellas. Te invito a hacer un ejercicio simple en este mes de reconexión con esas voces y con tu cuerpo. En el de silenciar esa voz y a la vez escucharla, en el de reconocerla como algo diferente de ti y de tu esencia, y en re-conocerte y nutrirte desde un lugar de amor propio. Acuéstate boca arriba, cómodamente tumbada. Abre las piernas ligeramente, o ponlas en forma de \»diamante\», con los pies tocándose. Acomódate de forma que te sientas realmente cómoda y relajada. Junta tus manos y ponlas también en forma de diamante, con los dos dedos índice tocando apuntando hacia tus pies y los dos pulgares tocando y apuntando hacia tu cara, sobre tu vientre. Siente cómo cada mano está descansando encima de cada uno de tus ovarios. En esta posición, relájate y conéctate con tu vientre, centro de tu fuerza vital. Siente cómo tus manos calientan, nutren y sanan tu centro energético. Toma un par de respiraciones profundas. En cada respiración, haz un escaneo mental de tu cuerpo. Revisa cualquier molestia, tensión, o dolor. Suelta cualquier tensión. Observa, sin juzgar, tu cuerpo. Y hazte la misma pregunta que te decía para observar tu voz interior y tus distracciones: ¿qué hay detrás de este (dolor, tensión, molestia, pesadez, falta de vitalidad) en este lugar de mi cuerpo? Date cuenta de que no eres la voz de tu ogro, y tampoco eres tu tensión corporal o dolor. Tu dolor es un síntoma de algo más profundo que acallas, de alguna emoción reprimida, o dinámica no resuelta en ti. Ve más profundo. Hazte las preguntas esenciales… ¿Qué hay detrás? ¿Qué me dice este dolor, compulsión, hábito? ¿Qué emoción debo trabajar para liberarme de este comportamiento pensamiento que no me nutre? Y suelta; con cada respiración suelta y devuelve el dolor y la distracción al suelo, a la Madre Tierra que todo lo recicla y lo usa. Escucha tus voces críticas, y escucha tus molestias. Afirma que no eres ellas. Que hay algo esencial en ti, indestructible, más fuerte que todo lo demás. Tu Esencia y propósito. Te deseo un mes de reconexión con tu cuerpo y tu mente, y que cultives tu capacidad de nutrirte, de sanarte y darte el amor que buscas afuera y que sólo tú te puedes dar. Si sientes que este es tu llamado, te invito a conectar con tu interior desde el amor y la compasión para desatar tu poder de crear la vida que deseas, con mi libro Hablando con Dragones, acá. Un abrazo de Musa, Alejandra Torres

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Vitales y Cíclicas en la madurez

¡Hola Musa! Hemos venido profundizando acerca de los ciclos de la mujer, y sus cuatro arquetipos: Doncella,  Madre, Chamana o Sacerdotisa, y finalmente, Anciana o Bruja. Hemos demostrado que las fases se mueven entre la luz y la oscuridad, y también van fluyendo entre energías brillantes y extrovertidas, y hacia su otra polaridad que son energías más introvertidas e intuitivas. Y hemos hablado de que eso está muy bien, abrazarnos completamente en cada ciclo. Hemos entendido también que nuestra creatividad e intuición son superpoderes que tenemos las mujeres, que despertamos aún más si abrimos espacios para cultivar estas energías, aprovechando las energías de la luna y de sus ciclos, así como de nuestros propios ciclos. Y de pronto te preguntarás, ¿qué pasa con las mujeres que ya no están en su ciclo menstrual? ¿Cómo entender y celebrar mejor también la menopausia? Una mujer, cíclica por naturaleza, en esa edad ya toma plena conciencia de sí misma, y de sus ciclos, cuando deja de percibirlos de la misma forma. Al no haber sangrado cada mes ni los mismos cambios hormonales, la mujer comienza a dirigir su energía a su interior, a su propio centro. Simbólicamente, está descendiendo a su propio arquetipo, y se convierte en un puente entre ambos mundos, es el momento en que hay más equilibrio y más poder. Como dice Miranda Gray en su libro Luna Roja: \»Desde esta beneficiosa posición de constante conciencia acerca de ambos mundos, la mujer posmenopáusica es por propia naturaleza sacerdotisa, chamana, sanadora y vidente, pues cuenta con la ventaja de poder acceder continuamente a aquella dimensión interior de la vida a la que sólo llegaba una vez al mes durante su faceta de mujer menstrual. Por ello el conocimiento y la claridad interior propios de la anciana eran ampliamente reconocidos en las culturas del pasado, donde se le veneraba como consejera, guía y representante de la tradición, además de como vínculo entre el mundo espiritual o ancestral y la comunidad.”Miranda Gray, Luna Roja En esta etapa, la mujer postmenopáusica tiene el poder de sanar, transformar, iniciar a otras mujeres y realmente expresar una nueva sabiduría y conexión constante con el mundo interior.Esta etapa se vuelve un nuevo renacimiento, esta vez desde la profundidad y el mundo interior y espiritual. Entonces, ¿a qué le tememos, Musas? Liberémonos de las creencias limitantes que nos infunden miedo ante la menopausia, abracémosla como el verdadero despertar de la mujer, y honremos a las mujeres maduras, que tienen una sabiduría innata y mucho por enseñar.Celebremos a las mujeres maduras, no las discriminemos porque ya no caben dentro de los estereotipos de belleza que nos ha enseñado el mundo actual, honrémonos también en el paso del tiempo hacia nuestra propia madurez. Celebremos nuestras arrugas, nuestro cuerpo y nuestras canas, redefinamos la belleza luego de los 40 y 50, mostrémonos auténticas y sabias, y poderosas. ¡Seamos bellas y auténticas a cualquier edad! Y celebremos cada fase y cada ciclo. ¡Musa, te deseo belleza, poder y autenticidad en tu madurez! Por eso, te invito a iniciar tu camino de transformación con mi libro Hablando con Dragones, acá; donde desarrollo una conversación íntima y profunda desde mis vivencias y propio proceso, mujer a mujer, para que transformes tu historia y desates tu poder.  Un abrazo de Musa, Alejandra Torres.

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Segunda parte – Los 4 arquetipos de nuestros ciclos femeninos

¡Hola Musa!Sigamos profundizando sobre los 4 arquetipos lunares y su relación con nuestros propios ciclos. ¿Ya leíste el blog de la semana anterior que introduce este tema? ¡Te invito a leerlo acá! A continuación, sigo citando contenido del libro Luna Roja de Miranda Gray. Les voy a contar por qué es tan importante entender y abrazar su oscuridad.Nos han enseñado durante siglos a negar esta característica nuestra que encarnamos y llevamos adentro: es un poder de lo femenino, y es parte de nuestra ciclicidad. Pero las sociedades y las culturas nos han ido negando este poder.  ¿Cuándo se manifiesta este poder en nosotras? Con los ciclos lunares. Hablábamos que hay cuatro arquetipos relacionados con la Luna y sus fases: La Doncella, la Madre, la Sacerdotisa y la Bruja o Anciana. Vamos a profundizar más en cada uno: La energía de la Doncella o Vírgen, la cual se presenta entre el fin del ciclo menstrual y la ovulación, es radiante y dinámica, y está asociada al color blanco. Una diosa que la simboliza es Artemisa, que si la han visto o conocido, es la diosa griega de la caza. Lleva un traje suave, una lanza, y sandalias…es la mujer independiente, sociable y ambiciosa. Cuando las mujeres estamos en esa energía, tenemos confianza en nosotras mismas y gran capacidad de concentración. También nuestra sexualidad es fresca y radiante. En este momento del ciclo es un buen momento para iniciar nuevos proyectos, gestar emprendimientos con propósito, celebrar la vida, conocer gente nueva y concentrarnos en nuestros proyectos de vida. La siguiente energía es la de la Madre, y la representa el color rojo. La diosa Atenea representa esta cualidad, con su sabiduría y poder. Esta energía ocurre alrededor del tiempo de la ovulación. Las energías de esta fase son en realidad maternales, perdemos el deseo centrado en nosotras misma, ponemos mas interés e intención y abrazar, nutrir y cuidar a los demás. La sexualidad es más amorosa y de un deseo de compartir profundamente. Es un buen momento para nutrir proyectos y emprendimientos o germinar nuevos, asumir responsabilidades, y estrechar vínculos y relaciones. Las energías de la Hechicera o Sacerdotisa surgen cuando el óvulo ha sido liberado pero no ha habido fertilización. Acá la energía de la mujer se empieza a dirigir hacia el interior. Es cuando se nos despierta la magia y la creatividad. En esta fase, la sexualidad es muy creativa, intensa y de placer. Es cuando conectamos con nuestra intuición, y podemos tener sueños. Es aquí donde es posible que nos conectemos a nuestra emocionalidad, y también a nuestra capacidad de destruir. ¿Destruir? Si, la energía femenina es creadora y también destructora. Si no identificamos ni vemos esta cualidad, nos desconectamos de la necesaria labor de destruir lo que ya no está al servicio y lo que ha cumplido su ciclo para que pueda emerger lo nuevo. No puede nacer nada nuevo si no hemos abierto espacio para ello, y destruido lo que ya no puede estar en nuestras vidas. La energía de la sacerdotisa es ideal para comenzar a identificar qué es necesario soltar y transformar, para que podamos entrar a vivir la energía de la Bruja conscientemente. Las energías de la Bruja surgen durante la menstruación y se asocian al color negro. Esta es nuestra propia oscuridad. Acá es cuando entramos simbólicamente en la cueva, y es cuando más desarrolladas tenemos nuestra intuición y nuestra capacidad de soñar sueños presagiadores. Esta energía es la ideal para entrar en un momento de introspección, alejarse de lo mundano, dormir y soñar, cuidar el cuerpo. Y energéticamente soltar lo que ya no está al servicio. La sexualidad en esta fase, si se desea, es más espiritual. Entonces, nos han enseñado que debemos ser siempre doncellas, y que le debemos tener miedo a nuestra hechicera y a nuestra bruja. Que le debemos temer a nuestra oscuridad y a nuestra creatividad. Yo te digo, Musa, ¡abraza completamente cada fase y cada energía en tu ciclo! Rescatarás poderes de intuición, creatividad y fuerza que te permitirán luego manifestar la vida plena que deseas, vivir un liderazgo auténtico y equilibrado, y emprender con propósito. Si no has ido a tu oscuridad, y no las has podido integrar plenamente, no podrás realmente caminar equilibrada ni crear tu luz. Te deseo que camines equilibrada entre tu luz y tu oscuridad. Si deseas, puedes equilibrar tu energía femenina con mi libro, Hablando con Dragones, acá. Un abrazo de Musa, Alejandra Torres.

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Los 4 arquetipos de nuestros ciclos femeninos

La siguiente información la transmito de unas fuentes muy sabias, nada de esto lo he escrito yo. Miranda Gray y su libro Luna Roja, y la Dra. Christianne Northrup y su antología sobre el cuerpo femenino llamado Cuerpo de Mujer, son unas fuentes muy recomendadas para empezar a profundizar más acerca de nuestra ciclicidad femenina.  Ahora bien, me pregunto, ¿por qué no nos enseñaron estas cosas en secundaria, cuando nos hubiera hecho tanto bien? ¿Por qué el tema de nuestros ciclos y nuestra menstruación lo callamos e ignoramos? Cuando menstruamos, nos enseñan a controlar nuestro periodo, a ponernos tampones para que no se vaya a notar y que podamos continuar nuestras actividades como si nada estuviera pasando. Nuestras madres a duras penas nos hablaron de esto cuando comenzamos a menstruar. Y tristemente, si tuviéramos accesible y celebráramos este conocimiento, en vez de callarlo, ¡como de diferente serian las cosas! Me imagino mujeres más felices y con menos síntomas dolorosos asociados a la menstruación, parejas mas felices, familias mas armoniosas y por ende un mundo mas equilibrado y cíclico. Porque ignorar nuestros ciclos es como tapar la luna con una mano… Entre más nos resistimos a nuestra ciclicidad, más vamos a sentir los síntomas asociados. Cualquier tema de salud, y de tu cuerpo, que no escuchas, solo se acentúa. Entonces, al integrar nuestros ciclos y al permitir sentir estas fases en nosotras, podremos integrarlos mejor y vivir menos incomodidad asociada a ellos. Y además, entre más estemos conectadas a nuestros ciclos, podremos empezar a celebrarlos y a acceder a nuestro superpoder de la creatividad y la intuición…¡ahora les cuento cómo! A nivel físico, que tiene lugar cada 28 días, igual que las fases de la luna, consta de cuatro fases: preovulatoria, ovulatoria, premenstrual y menstrual. Cada fase trae sus emociones y también sus síntomas físicos. Y además, como dice Miranda Gray en Luna Roja, pp 81-82: “el cuerpo femenino responde a las fases lunares: pero el ciclo de la luna no es solo el calendario del cuerpo de la mujer sino que es también un indicador de los cambios que se producen en su consciencia….El periodo promedio del ciclo sinódico de la luna es de veintinueve días, doce horas y cuarenta y cuatro minutos… En su fase oscura (luna nueva), la cara luminosa no se puede ver desde la tierra, pero después de unos pocos días se hace visible en el cénit como luna creciente y únicamente en el momento en que se pone el sol. En los días siguientes va aumentando gradualmente hasta llegar a apreciarse como una semiesfera, la cual empieza a ascender a partir de la puesta del sol. Luego continuará creciendo hasta transformarse en luna llena, la cual puede observarse desde el momento en que el sol se pone, culminando a medianoche. Posteriormente empieza a disminuir su luz (luna menguante) hasta que solo es visible al amanecer, poco antes que salga el sol. La mayoría de las mujeres mantienen una interacción con el ciclo lunar de una de estas dos formas: bien sus menstruaciones coinciden con la fase de luna llena o bien con la luna nueva. Es posible que el ciclo femenino no tenga exactamente la misma duración que el lunar, pero puede alargarse o acortarse para que cada mes la menstruación aparezca en un momento próximo a esas dos fases.” Entonces, un primer ejercicio de conexión con tu relación con la luna, es anotar en tu diario, tu ciclo menstrual y su relación con la luna. Puedes, como sugiere Miranda Gray, dibujar un circulo con ruedas, como la llanta de una bicicleta, donde cada línea es un día de tu ciclo menstrual. Comienza a observarte, y anota: tu nivel de energía, tus emociones, tu estado de salud, tu sexualidad, tus sueños, y tus actividades y facultades. Vas a ver temas recurrentes, niveles de energía que se repiten, y vas a conectarte mejor con tu propio ciclo, permitiéndote sentir tu rango normal de emociones, niveles hormonales, y la marea que somos realmente por dentro. Ahora bien, en la mitología, las energías de la mujer se describían en cuatro etapas que reflejaban las fases de la luna: La Virgen, o Doncella, y la luna creciente representan la fase entre el final del sangrado hasta el comienzo de la ovulación: las energías correspondientes son generativas, dinámicas, inspiradoras, brillantes… La luna llena, representa las energías del periodo de ovulación, y son las de la Madre…acá dice Miranda Gray (pag. 85) que “la creatividad interna de la madre surge para crear una nueva vida…” son energías más nutridoras, amorosas y enfocadas en nuestras relaciones… La fase menguante refleja la reducción de la energía física desde la ovulación hasta la menstruación…y se asocia con “un aumento en la sexualidad, la creatividad, la magia, las energías destructivas internas y la conciencia.” (pag. 85). Esta fase se asocia con el arquetipo de la Hechicera, o Sacerdotisa. Finalmente, la luna nueva es el arquetipo de la Bruja Negra, o Anciana, donde se encarna a la mujer que se retira del mundo, para entrar en introspección y en su energía interior espiritual. Aquí se gestan nuevas ideas, nuevos proyectos o emprendimientos, y lo nuevo. Se cierra el ciclo para poder comenzar uno nuevo. Si deseas conectar con tu poder pleno como mujer, desatarlo, y volar; te invito a leer mi libro Hablando con Dragones, donde te comparto mi camino de transformación, liderazgo, propósito y emprendimiento, con sus prácticas y paso a paso, para que tú también puedas ser la creadora de tu vida bajo tus propios términos. Puedes obtenerlo con mi Paquete de Poder, Impacto y Propósito, acá. Entonces, Musas, abracemos nuestra complejidad y diversidad al saber que No somos una mujer, somos cuatro.  La próxima semana te contaré mas acerca de los cuatro arquetipos, ¡gracias por leernos! Un abrazo de Musa, Alejandra Torres.

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Las musas somos Vitales y Cíclicas

Somos vitales y cíclicas. ¿Qué significa esto? A continuación, te cuento qué puedes hacer para ser una mujer en constante renacimiento, sanación, transformación y evolución: Aprende a celebrar tus ciclos femeninos.Planea tus actividades de acuerdo con la fase del ciclo menstrual en la que te encuentras. Regálate tiempo de recogimiento durante tu menstruación para descansar, hidratarte y cuidar tu cuerpo. Aprovecha el tiempo para meditar, ensoñar y conectar con tu sabiduría interior.  Acéptate, cuídate y ámate en cada momento y fase de tu vida. Rompe las creencias que nos enseñan acerca del envejecimiento lineal y fatídico que nos espera, y entiende que una mujer puede ser vital a cualquier edad y que la menopausia no afecta la vitalidad. Es más, hay mujeres que se sienten más plenas y vitales después de la menopausia. Entiende que la vitalidad es cíclica y se renueva constantemente con los ciclos de la luna y los grandes ciclos de vida tuyos como mujer.  Nutre tu energía femenina, desarrollando prácticas para conectarte con tu cuerpo y para sanarlo. Abre espacio en tu vida para cultivar tu energía femenina, que es el descanso, la receptividad, la reflexión y la creatividad para crear una vida tejiendo relaciones y proyectos sin necesidad de correr ni atafagarte. Toma el tiempo para soltar tareas y recogerte, soñar despierta, hacer visiones de lo que deseas, conectar con tu propósito de vida, y nutre y recarga tu energía vital. Conéctate con la naturaleza, entendiendo su capacidad para nutrirte y recargar tu energía. Refuerza tu conexión con la Madre Tierra para recargarte física y espiritualmente. Siéntete sostenida por la Tierra y por el Universo mismo; siente y cultiva tu conexión natural con ella y su energía. Abraza y ama tu cuerpo tal como es, mira lo hermosa que eres, deja brillar tu belleza desde tu conexión y sabiduría interior. Celébrate como una mujer en constante renacimiento, sanación, transformación y evolución, independientemente de tu edad. Expresa tu feminidad de una manera autentica y natural. Agradece tu feminidad y tu cuerpo que da vida, celebra tus ciclos menstruales y tu conexión con la fuerza sagrada de lo femenino. Vístete y adórnate para expresar tu autenticidad, belleza natural y feminidad. Algunas prácticas sugeridas para cultivar tu vitalidad 1. Conéctate con la Madre Tierra, abraza un árbol, sal a caminar en la naturaleza, y escucha lo que te dice. 2. Mírate al espejo todos los días y di, Te amo. Completa y absolutamente. 3. Meditación de arraigo.Cuando medites, visiona que pones los pies firmemente sobre la tierra y siente como te salen raíces. 4. Hazte un baño y conéctate con la energía del agua, deja que te limpie y te recargue tu energía. 5. Saca tiempo para el descanso, la hidratación, el sueño y la meditación, para nutrir tu energía especialmente en la semana de tu menstruación. 6. Abrázate como la mujer hermosa que eres. Hazte un masaje de conexión y celebración de tu cuerpo. 7. Aprende sobre los ciclos lunares y sobre las energías arquetípicas de cada mujer en las cuatro fases lunares (doncella, madre, sacerdotisa, anciana). Permítete ser cíclica, siente tu cuerpo todos los días y lo que te está diciendo. Si deseas profundizar en tu proceso de renacimiento, sanación, transformación y evolución, te invito a leer mi libro Hablando con Dragones, dentro de mi Paquete de Poder, Impacto y Propósito, acá. Un abrazo de Musa, Alejandra Torres.

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